"Ver su exposición es tan sugestivo como sería encontrar una carta del hombre de Ur, o de un habitante remoto de las Cícladas o un altamirano; carta rota, aniquilada, vieja de milenios, apenas descifrable, pero conservando en esos abundantes fragmentos los restos suficientes de signos, sugerencias, gestos, cifras y alfabetos para, en una labor de alta magia, de alta poesía, reconstruir un casi mensaje..."
Leer más
ANTONIO ZARCO